¡Hola Lectores! ¿Qué tal va la mañana? Yo estoy feliz y
contenta porque ya no queda nada para el fin de semana y también muy poquito
para mis vacaciones, que este año bien me las he ganado!
Para amenizaros un poco el día os traigo una entrevista que
Julianna Baggott, la autora de Puro, ha concedido al periódico ABC durante su
visita a España el pasado lunes. La entrevista está muy pero que muy bien. Eso
sí, a los que no hayáis leído aún la novela, os advierto que contiene algún que
otro spoiler ^^
Julianna Baggott: «Ahora nos identificamos mucho con la
sensación del fin del mundo»
Julianna Baggott es puro contraste. Su voz ultra suave
acentúa su físico dulce. Pero de su mente (de sus zonas más oscuras, según ella
misma confiesa) ha nacido «Puro», una historia distópica, del estilo de «Los juegos del hambre», que también arrasa entre mayores y
jóvenes y cuyos derechos ya han sido adquiridos para llevarla al cine.
-¿Cree que el éxito actual de este tipo de novelas tiene que
ver con la sensación de que el mundo tal y como lo conocemos está destinado a
desaparecer?
-Creo que los adolescentes siempre se van a identificar con
este tipo de historias porque el momento del paso de la infancia a la
adolescencia es el apocalipsis. En el momento en que entran en la adolescencia
se convierte en una distopía.
En cuanto a los adultos, entre la crisis económica, la
medioambiental y la proliferación de armas nucleares (que tengo muy presente
porque creo que puede estallar en cualquier momento) y todo lo que está
sucediendo, evidentemente también se identifican mucho con la sensación del fin
del mundo. Pero creo que ahora mismo lo que sucede en realidad es que la gente busca
una gran esperanza, pero ésta solo se puede encontrar detrás de una gran
oscuridad y desesperación.
-Los protagonistas de esas historias suelen ser
adolescentes, algo natural en novelas juveniles, pero, ¿tiene algo que ver
también que ellos sean nuestro futuro?
Exacto. Creo que los adolescentes tienen un doble castigo:
ya no se les permite volver a la infancia y tampoco se les deja entrar en el
mundo adulto, aunque ellos tampoco lo quieren. El hecho de que la protagonista
Pressia tenga 16 años y tenga una muñeca pegada en su mano tiene un significado
psicológico claro en ese sentido. La infancia todavía está ahí, y aunque se
avergüence de ella tiene que llevarla consigo y, además, lidiar con el mundo
adulto. Sin embargo, es un factor cultural universal: que ellos son la
esperanza para lograr cambiar el mundo.
-Una de las imágenes que más llaman la atención del libro
son precisamente esas deformaciones de las personas después de las detonaciones
que menciona. En muchos casos tiene una vertiente física, pero también
psicológica, como las madres que se han fundido con sus hijos y no les dejan
crecer.
- Soy madre, tengo cuatro hijos. Escribí esta novela con
alguno de ellos fundido a mi cuerpo, casi literalmente. Tenía un bebé colgado
en el pecho y tenía que alargar mis brazos para poder llegar al teclado. Vivo
en Florida y allí hace mucho calor, así que muchas veces su cabeza sudaba y no
me resultaba nada difícil imaginármelo pegado a mí. También estaban todos los
juguetes y muñecas repartidos y destruidos por el suelo y cogí muchas imágenes
de ahí.
En este libro, las madres se convierten en guerreras. Tienen
un instinto de supervivencia mayor que otros personajes porque tienen a un bebé
con ellas por el que luchar. Entonces se convierten en duras de pelar,
violentas. No era mi intención hacer una declaración feminista, pero lo he
hecho de alguna manera.
-En su libro, el apocalipsis viene después del estallido de
armas nucleares, de las denominadas detonaciones. ¿Cree que nuestra generación
está muy marcada por el pánico nuclear?
- Estados Unidos comenzamos una guerra por miedo a las armas
de destrucción masiva, desgraciadamente. En mi país estamos constantemente
hablando del tema: quién tiene armas y quién no en el medio Oriente; desde qué
orilla es más probable que se produzca un ataque nuclear… Desde mi punto de
vista, en la generación que yo crecí, este miedo está muy presente. Pero estoy
de acuerdo en que quizá en los niños de ahora no sea tan acusado.
«Un buen libro tiene que estar hecho de las obsesiones y los
miedos psicológicos del autor»
En cualquier caso, un buen libro tiene que estar hecho de
las obsesiones y los miedos psicológicos del autor. Esos miedos para mí son
orgánicos y han salido a través de los personajes. Esta novela viene del entramado
más oscuro de mi subconsciente. Para mí resuenan muchas emociones antiguas de
mi juventud. Una de ellas viene de cuando era pequeña, en el colegio nos
preparaban para un ataque nuclear. Nos hacían ir al pasillo y nos enseñaban qué
postura era la más conveniente, pero nosotros sabíamos que no serviría para
nada en caso de una explosión.
-En cambio la gente que está protegida dentro de la cúpula
permanece intacta. ¿Las detonaciones realizaron una limpieza de la raza humana?
- Si, de alguna manera, pero el plan es que los puros que
viven en la cúpula, puedan abandonarla algún día y los de fuera se conviertan
en una especie de casta inferior, que están para servirles.
-Sin embargo, «Puro», también apunta a pureza de corazón,
que va más allá de la cúpula cuando los personajes de uno y otro lado se
mezclan.
Sí, mi objetivo es que cuando el lector se termine la
novela, reconsidere el título y, también, lo que ha leído y se dé cuenta de que
hay distintos niveles figurativos dentro del libro
Interesante ¿Verdad? Besitos lectores ^^
cuando la pude entrevistar en persona me cautivo es fantastica y ha dado unas respuestas que tiran para atras esa es mi Julianna ;)
ResponderEliminarYo no pude ir a la presentación, me habría encantando. Sin embargo le hicieron algunas preguntas en mi nombre, estoy deseando que me pasen las respuestas +.+
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