¡Hola a todos! Hace unos días fui al cine a ver la película
Christipher Robin que nos sumerge en la historia de Winnie the Pooh, pero con
uno personajes muy reales.
La cinta comienza devolviéndonos a los inicios de esta historia,
al bosque de los cien acres dónde vemos como se forma la amistad entre el niño
Christopher Robin y los pequeños animalitos del bosque. Una historia que todos conocemos
y hemos visto cientos de veces en los dibujos de nuestra infancia. Pero el
pequeño Christipher crece y tiene que despedirse de sus amigos del bosque y
mientras Winnie sigue esperándole día tras día y año tras año, Christopher
crece y se olvida del bosque.
La guerra, el trabajo y las responsabilidades, han
convertido al pequeño soñados Chrispher Robin en un hombre arisco, alejado de
su familia, que solo piensa en el trabajo, en el dinero y en las
responsabilidades. Esto está haciendo no solo que se aleje de su mujer, sino
que casi ni conozca a su hija
El mundo de nuestro protagonista se está yendo a pique, pero
en el bosque de los cien acres, la cosa no está mucho mejor, una niebla oscura
lo ha asolado todo y ha hecho desaparecer a todos los amigos de Pooh. Eso hará
que nuestro osito se arme de valor y deje de esperar a Christipher Robin, para
ir a su encuentro. A Christopher le costará creerse tener a Pooh de nuevo ante
él, pero ante el ruego del osito, terminará devolviéndole al bosque y
ayudándole a encontrar un nuevo a sus amigos, al tiempo que encuentra, parte de
esa infancia perdida, que le ayude de nuevo a acercarse a su familia.
Una película con una historia sencilla, sin demasiadas
pretensiones, pero tierna a la vez. Escarba un poquito en la nostalgia de los espectadores
al tiempo que nos habla de valores tan importantes como la familia, el no dejar
que el trabajo ocupe toda nuestra vida, o la importancia de no abandonar las
cosas que no hacen felices.
En cuanto al reparto, Ewan McGregor hace un bastante buen papel,
aunque es cierto que su personaje crea cierta antipatía, es nervioso y vive
estresado, por y para su trabajo. Nuestros amiguitos del bosque la verdad es
que están bastante bien logrados y logran despertar toda la ternura del espectador.
En resumen, Christopher Robin nos devuelve al Bosque de los
cien acres, para reencontrarnos con los niños que éramos y no olvidar que las
preocupaciones y el trabajo, no pueden enturbiar las cosas realmente importantes
de la vida. No va a convertirse en mi película preferida del año, pero es una
buena opción para ver con los peques, o para disfrutar de un poquito de
nostalgia jeje.
Besitos de miel ^^
Hola, esta película, la verdad, no me llama mucho la atención.
ResponderEliminarSaludos, nos leemos